El Centro Histórico de La Paz (Bolivia) se encuentra tapizado de bloques de Piedra Comanche, piezas talladas por manos aymaras, colocadas entre la colonia y la república. Hoy, quizá más que su arquitectura, cada vereda, pendiente o plana, guarda y adquiere cada día esa memoria que cada transeúnte, famoso o anónimo, le imprime con sus pasos.
Por Luz E. Castillo (Bolivia)
Más de 1200 m2 de Piedra Comanche recubren las veredas, gradas y cordones de acera del Centro Histórico de ciudad de La Paz, instalados entre finales del periodo colonial y principios de la í©poca republicana, es decir, alrededor de 1825. La Piedra Comanche es un material noble, extraído de las ricas canteras de los municipios altiplánicos de Comanche y Coro Coro (Cuarta y Primera sección de la provincia Pacajes de Departamento de La Paz, respectivamente).
Las veredas, que generalmente tienen un grado de inclinación, pues La Paz está ubicada en un valle, son testigos de innumerables acontecimientos sociales que se han producido desde su instalación hasta el presente. Primero, la conflictiva transición del rí©gimen colonial espaí±ol hacia la república libre y soberana, luego el establecimiento de gobiernos vitalicios, de facto, dictatoriales y finalmente democráticos, cuyos representantes y militantes vivaron nombres y arrastraron cadáveres sobre estas rectangulares y grises piedras, que de tanto usarse, se encuentran pulidas y a veces algo resbaladizas.
Actualmente, las veredas de piedra Comanche sienten transitar el cotidiano de la sede de gobierno, en medio del stress laboral, las marchas democráticas de apoyo, petición o desacuerdo, los desfiles cívicos y las procesiones de vírgenes y santos. Conservarlas y preservarlas es resguardar la memoria que no acaba: día a día adquiere nuevos sentidos y significados.
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